Vitivinicultura del Valle del Itata

La viticultura (del latín vitis, "vid") es el cultivo sistemático de la vid, o parra, para usar sus uvas en la producción de vino.
Valle del Itata es una denominación de origen, se encuadra dentro de la región vitícola del Sur de nuestro país y abarca por entero las comunas de Chillán, Coelemu, Ránquil, Quillón, Portezuelo, Ninhue, Treguaco, Quirihue, San Nicolás, Bulnes y San Carlos, de la provincia de Ñuble, y la comuna de Florida de la provincia de Concepción, situadas en la Región del Biobío. Dentro del Valle del Itata se distinguen áreas como Chillán, Quillón, Portezuelo y Coelemu, siendo este valle uno de los más meridionales del mapa vitivinícola de Chile
Sus viñedos ocupan una extensión aproximada de 10.800 ha, siendo las variedades más cultivadas con un sistema tradicional las blancas Chardonnay y Moscatel de Alejandría y la tintas País y Cabernet Sauvignon; las cuales podemos observar al viajar hacia la costa desde nuestra ciudad, en sus clásicos sistemas de conducción en cabezas.
La tradición vinícola de esta subregión se remonta a hace más de 400 años, tiene una historia vitivinícola que se remonta a la época colonial, cuando jesuitas y encomenderos plantaron las primeras cepas traídas de España la historia cuenta que los mejores vinos chilenos de esa época procedían de Concepción. Es decir, de los valles de su entorno, como el del Itata. Era una vitivinicultura a la española, como lo fue por siglos hasta que comenzó a languidecer porque todo se trasladó a la zona central
Podemos ver que aún predominan las pequeñas fincas destinadas a la producción de vino para consumo familiar y local, aunque ya podemos observar un resurgimiento de las mismas o una nueva inversión ya sea extranjera o chilena que apunta a la modernización tanto en el manejo de la vid como en el proceso de elaboración del vino y también en lo que respecta al enoturismo.
Por otra parte no es desconocido que el bajo desarrollo de este valle en comparación a los mas nombrados o tradicionales en etiquetas de los grandes vinos como Maipo, Colchahua, maule, Casa Blanca, se debe a que el centralismo afectó fuertemente el desarrollo de la viticultura en los valles alejados, en los extremos norte y sur de la geografía vitivinícola. Parecía como que sólo podían darse buenos vinos en el país en el Valle del Maipo, cerca de Santiago, razones de mercado en épocas donde solo se exportaban cantidades insignificantes de vino y el grueso de la producción era consumido en el país, llevaron la vitivinicultura a la zona central, en las proximidades de Santiago, postergando las notables condiciones en los sectores sureños.
En la zona del Itata, los agricultores siguieron cultivando sus vides, pero sin objetivos claros, las antiguas cepas que habían dejado los españoles, como la País y la Moscatel de Alejandría, mal llamada Italia. Plantaciones que se pueden ver en abundancia, con sus parras mantenidas como arbustos, sin espalderas. Las uvas que producían y se producen aun permitian procesar excelentes vinos a granel blancos o tintos. Y se utilizaban, también, para diversas mezclas. Los mostos eran trasladados a las bodegas del Valle del Maipo, donde eran procesados y embotellados como vinos de dicho valle. Situación que ocurre hoy en dia con muchos de los vinos que se encuentran en el mercado.
Hoy se ve al valle de Itata como poseedor de características únicas en la región austral que lo han llevado a distinguirse por su desarrollo vitivinícola de alta calidad. Es la región vitivinícola más extensa del sur de Chile. Surcada por el curso de los ríos Itata y Ñuble, este sector posee características que lo hacen único en la zona austral: su clima mediterráneo húmedo, la presencia de temperaturas más bajas que en otro valles y con estaciones bien diferenciadas, buen suelo y mucha luz.
Las consideraciones climáticas del Valle del Itata son excepcionales para la producción de vinos de óptima calidad. No por casualidad durante la Colonia los mejores vinos que se consumían en Chile provenían de la zona de Concepción. El valle se caracteriza por sus altas diferencias de temperaturas entre el día y la noche en el período de maduración de la uva. Muchísimo calor y sequedad durante el día, superando con creces los 30º C a la sombra en los meses de diciembre, enero, febrero e incluso en marzo, para descender durante la noche a menos de 10ºc.Con estos privilegios, viñedos que crecen en la vertiente oriental de la cordillera de la costa logran cepas de calidad y trazan una ruta del vino que vale la pena recorrer.
Se producen buenos y excelentes blancos y tintos, como los que producen las viñas Carpe Diem, Casas de Giner y Valle del Itata, con viñedos plantados en planos o suaves lomajes o, definitivamente, en los cerros costeros de Guariligüe, con vista al mar.
El paisaje de las viñas emplazadas sobre pintorescas colinas deslumbra por su belleza natural. Según expertos chilenos, el valle de Itata supo dar los mejores vinos del país en la época colonial.
Existen aun muchas producciones de vino a granel que se vende en la VIII y en la IV Regiones, una cantidad importante del cual es exportada a Canadá, Inglaterra y ChinaEstas exportaciones a granel se efectúan en estanques flexibles de última tecnología, muy apreciados en esos países. El vino es envasado allá y vendido con sus propias marcas y etiquetas.
Aunque en la actualidad, bodegas como Casanueva, Casa de Giner, Mannle y Larqui que intentan rescatar este antiguo legado vitivinícola que había pasado al olvido cultivando finas cepas de las variedades Cabernet Sauvignon, Carménère, Merlot, Tintórera, Semillón, Chardonnay y Sauvignon Blanc, entre otras, con la mirada puesta en la producción orgánica y en los altos estándares de calidad.